Las personas nacemos siendo desvalidos, es decir, que necesitamos la ayuda de los adultos para aprender a crecer, y cuando crecemos necesitamos relacionarnos con las personas, creando así nuevas amistades, grupos de clase o de trabajo. También podemos relacionarnos con Dios a través de la oración.
Relacionándonos podemos llegar a encontrar una verdadera amistad, aquella en la que nos encontremos agustos y podamos mostrarnos como somos nosotros mismos sin tapujos.
De aquí sacamos que pertenecemos a diferentes grupos a lo largo de nuestra vida. Se pueden diferenciar dos grupos diferentes, los que no elegimos, como la familia, o los que si elegimos, como los amigos.
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